
España puede el domingo ser campeona del mundo por primera vez en la historia del fútbol femenino. El masculino lo logró en 2010 y 13 años después estamos a punto de revivir esta misma locura.
Al otro lado del campo está Inglaterra con el «fútbol vuelve a casa», un eslogan que lleva la selección masculino desde hace casi 60 años. A pesar de todo, es imposible no pensar en la situación de «las 15» que golpeó duro a la selección española antes del torneo.
Se dice que son los jugadores en el campo que hace el trabajo y que las preparaciones las hacen el entrenador. En el fútbol moderno el cuerpo técnico de equipo es mucho más grande que antes y hoy en día el éxito es del equipo y no de una sola persona.
Jorge Vilda es la cara de la imagen de lo sucedido y las críticas siguen viniendo hacia su lado. La sensación es que las que formaban parte del «las 15» que al final vinieron al mundial, decidieron venir por valorar que un mundial es mucho más grande que la situación delicada con el seleccionador. Es comprensible que no lo querían perder. ¿Quién no tragaría el orgullo por ello? Especialmente ahora cuando el resultado ha sido una final del torneo más grande del mundo.
Algunas jugadoras como Sandra Paños, Patri y Mapi León, tres jugadoras vitales en el once del Barça, al final no lo hicieron. ¿La Roja del 2010 hubiera ganado sin Casilla, Puyol y Busquets? Mañana domingo tendremos las respuestas, pero a pesar de todo, gane o no gane, el éxito ha dejado un sabor agridulce donde una selección buenísima puede ser campeona del mundo con un entrenador muy criticado. Y si gana llegará a ser histórico como el primer seleccionador que ha ganado un mundial con la selección española femenina.