Mi historia con el fútbol ha sido un poco como esas películas de amoríos donde el protagonista mantiene una relación de amor y odio.
De pequeño empecé en el mundo del fútbol, como muchos de los chavales que empiezan junto a sus amigos del colegio, en aquél Grasshopper del barrio de la Morera. Aquél club de fútbol que marcó una época dentro del mundillo del fútbol en Cataluña.
Mi paso por el fútbol fue fugaz, al igual que el resto de disciplinas deportivas que he realizado durante mi vida, no porqué mi relación con el balón fuese mala, sino que fue más bien por cuestiones familiares y de conciliación.
En mi casa, digamos, que no eran muy amantes del fútbol. Mis padres trabajaban más horas que un reloj de lunes a sábado, y si a esto le sumamos que los partidos solían ser los sábados por la mañana y el ambiente en las gradas de la época no era el más apropiado para la educación de los más pequeños, el resultado final fue el abandono de la práctica del fútbol.
Es muy importante el apoyo de los padres en estas situaciones donde necesitas sentirte valorado y apoyado por los tuyos, pero no culpo a los míos por ello. Las circunstancias eran las que eran y gracias a todo su esfuerzo y trabajo soy lo que soy y estoy donde estoy hoy en día.

http://hemeroteca.mundodeportivo.com/preview/1993/04/08/pagina-30/1270883/pdf.htm