Apenas llegó a empezar la temporada antes de tener las primeras imágenes de peleas y violencia en los campos del fútbol amateur.
Pensemos que la pandemia nos hubiera enseñado algo, pero en algunos lugares, al fin y al cabo, parece que no.
Es normal que un partido de fútbol puede causar emociones y reacciones, pero tiene que haber límites. Por eso tenemos los árbitros para mantener el equilibrio de esta parte durante los partidos. Igualmente, los árbitros sólo pueden hacer lo que pueden y ven posible en el momento.

En varios partidos los árbitros no han tenido más remedio que suspender, lo que quedaba de ellos. Las razones detrás de lo sucedido son varias. A veces ha sido por un insulto, un o por un golpe, o, por lo que pasó en el partido entre Aquahotel y Calella, una provocación tras marcar un gol, que fue la chispa que al final acabó el partido.
Sin embargo, el derbi de Alt Maresme fue muy tranquilo comparando a otros partidos donde varios jugadores y técnicos fueron atacados brutalmente por jugadores y supporters del rival. Hasta que se tuvo que llamar para pedir atención médica en el campo.
Hace poco, en un partido juvenil entre Santvicentí y Argentona, varias personas testiguaron de fuegos artificiales o petardos de alto sonido antes de ver al partido suspendido por una pelea entre los jugadores de los dos equipos tras un gol decisivo del equipo local.
Lamentablemente no paró allí. Según fuentes a Futbol BCN, varias personas, de un grupo supuestamente identificados como supporters del Argentona, entraron al campo desde la grada para participar en las peleas.
Tanto antes, como ahora, muchas veces se demandan medidas más duras por parte de la Federación Catalana, y hasta las Generalitat. El campo de fútbol tiene que ser un espacio libre y seguro para todos. Especialmente para los niños. Son ellos los que forman parte de la mayoría de los visitantes, tanto de entrenos, partidos y partidos de los primeros equipos de su club.

Ser adulto significa ser una referencia a las generaciones del futuro. Si vamos quejándonos de que los jóvenes hoy en día están haciendo cosas que no deben hacer, la responsabilidad es nuestra, porque solamente nosotros podemos ser su influencia.
Si en el campo de fútbol queremos que se porten bien, nosotros como adultos tenemos que enseñarles como portarse bien. Sí, es verdad que no todo el mundo tiene hijos y a lo mejor piensan que no pueden influir en las vidas de los otros o que no es asunto suyo haber de ser una referencia para aquellos críos que no son suyos. Allí es donde nos podemos equivocar bastante. Si pensamos en los puestos de trabajo como profesores en los colegios o en una autoescuela. Pues son estos tipos de personas que cada día son influencia y referencias en las vidas los niños y adolescentes.
Para hablar más de nuestro tema, en el fútbol también tenemos a los árbitros y los entrenadores quienes son los educadores.

Sin embargo, éstos no están para criar a los niños. Están para formar y dar una salida al deporte para aquellos que lo busquen. Si un entrenador grita, critica siempre negativamente, y simplemente se porta mal ante de los niños, ¿cuál va a ser el efecto? Pues muy probablemente que los niños harán lo mismo, especialmente durante los partidos.
Comportarse de una manera violenta es una falta de respeto tanto a los demás como a su propia inteligencia. #ceroviolencia