Daniel Sjöstrand: El partido más difícil que he tenido que vivir en mi vida

Foto: FIFA

La Copa Mundial 2023 va a tener un nuevo campeón de mundo, uno que nunca antes ha logrado a ganar el trofeo más prestigioso del mundo.

Ya en los grupos me enteré que la posibilidad de una Suecia-España era bastante creíble, pero con la derrota de España contra Japón y el sorprendente error de los EEUU no ganando el grupo dejó la idea más lejos que nunca.

El fútbol femenino ha vivido conmigo desde la Copa Mundial 1999. Cuatro años después tuve que vivir un torneo de locura. Suecia logró llegar hasta la final donde perdió a Alemania tras una falta horriblemente pitada de la colegiada en la cual las alemanas marcó en la época del «Golden Goal» – Gol de oro.

Cuando me mudé a Barcelona en 2016 fui a ver los partidos en el Mini Estadi donde Lieke Martens fue la gran estrella y Aitana Bonmatí todavía era adolescente. La noche pasada (horario peninsular) se afrontaron de nuevo, pero esta vez como rivales.

El equipo, la mentalidad y el increíble talento que había en el equipo dejaba claro ya que el Barça Femenino dentro de un futuro cercano fuera a ser campeón de Europa y entre los mejores equipos del mundo. En 2021 aquel pensamiento se convirtió en realidad al derrotar duramente al Chelsea, curiosamente en el estadio nacional de la selección femenina de Suecia.

Si añadimoa otra conexión, tenemos a Fridolina Rolfö quien, no solamente es de Gotemburgo, Suecia, pero también la que marcó el gol decisivo en la final de la Champions para el Barça contra su ex-equipo alemán, el Wolfsburgo.

La Primer División se ha, desde que vine a Barcelona, convertido en una liga profesional donde milita unas de las mejores jugadoras del mundo al nivel de Alema, Inglaterra, Francia y los Estados Unidos.

No hubo duda cuando el fútbol femenino español me enamoró de él. Y ahora, 20 años después de la dura derrota de mi selección sueca contra Alemania, tengo que vivir el partido más duro de mi vida, aun más duro que aquella final en 2003.

España-Suecia en la semifinal de la Copa Mundial. Sea lo que sea, tendré una selección en la final, pero tanto como me va a alegrar, gane quién gane, a la vez voy a tener el corazón roto por saber que uno tendrá que ir para casa. Las lágrimas de esta mañana de las jugadoras suecas y españolas enseñaron cuanto significa este torneo. No solamente futbolisticamente, dino también por el duro trabajo de tidas estas mujeres que han luchado por tener el derecho y la posibilidad de vivir algo así. Su labor es el fruto de lo que vemos hoy.

O Suecia o España jugará en la final. Mi país natal contra el país de mi vida. Sea quién sea, el orgullo de ver a las dos en una semifinal es más que me hubiera podido soñar. Sueños se realizan. Sean pequeños o grandes. Se realizan.

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