27 de marzo de 2023

El «acta» de los árbitros

(Foto: Futbol BCN)

Durante el curso de las últimas semanas hemos recibido bastantes mensajes sobre los árbitros. No solamente han sido las típicas quejas del nivel, sino más bien quejas sobre el comportamiento de ellos hacia los jugadores en el campo.

Siempre ha sido un conflicto entre el arbitraje y los entrenadores/aficionados, muchas veces de tono normal, en plan, decir que un árbitro ha sido malo etc. pero sin intención de hacer daño a la persona misma. Luego ha habido los casos donde sí que ha pasado un límite, donde árbitros han tenido que huir de los campos por su propia seguridad.

Hay que recordad que hay muchos árbitros y árbitras de alto nivel tanto en el fútbol profesional como en el fútbol base, quienes cada día hacen una diferencia en las vidas de los futbolistas.

Este artículo se profunda más en un fenómeno que hemos visto más y más últimamente donde la comunicación entre los árbitros y los jugadores se ha quedado mucho más tensa. El árbitro tiene el poder de decidir todo lo que pasa en el campo. Esto también viene con mucha responsabilidad, especialmente ya que en el fútbol base tiene un posición muy importante en la educación de los peques.

Primero, el comportamiento siempre es responsabilidad de los padres. Son ellos que son responsables de que su hijo y hija sepa comportarse tanto dentro como fuera de casa. En el campo mismo, hablando de fútbol, los entrenadores son los encargados de asegurarse de que los jugadores sepan seguir las reglas a lo máximo posible, especialmente la parte vocal. Los entrenadores también son educadores. Si un entrenador no se considera educador, no debería ser entrenador tampoco. Con esto es importante entender que el comportamiento del entrenador muchas veces se refleja en los mismo niños.

Hablando del papel del árbitro, habrá que entender que muchos de ellos son jóvenes, y aunque no es escusa, puede que no tengan la experiencia ni el control propio aún de controlarse como por ejemplo un adulto de 40 años. Luego hay de todo de todas las edades, pero solamente hablando de árbitros, la experiencia se nota da igual la edad que tenga.

Un partido alevín, niños de 10-11 años, educados o no educados, pues siguen siendo niños. Siendo árbitro en este tipo de situación hay que acordarse que son niños pequeños aunque no siempre lo parecen. Un entrenador no puede comportarse de cualquier manera con los niños. No puede estar gritando como un loco en el campo a ellos porque van a perder las ganas de querer jugar. Si un árbitro hace lo mismo, el efecto puede ser peor ya que es una persona desconocida.

Como padre o madre, que os molesta más, ¿que vuestros hijos os digan una palabrota, o algún desconocido por la calle?

El árbitro es un desconocido 9 de 10 veces para los niños. A desconocidos no es muy común que un niño de 9-10 años se comportan mal. Pero tienen todo el derecho de quejarse si hay algo que no encuentran justo.

¿Por qué?

Pues por es lo que los enseñamos. Si no te gusta algo, haz algo al respeto para cambiarlo o que se busquen otra cosa. Además ha de acordarse que en el momento de estar caliente de cabeza en el campo la reacción no será igual siempre.

Una vez fuimos a un partido de infantiles donde dos chicos se enfadaron un poco entre ellos tras una falta clara. La actuación del árbitro fue correcta al pita la falta, pero cuando fue a separar a los dos niños, que sólo estaban hablando de mal tono entre ellos, empujó a uno de ellos a que se fue casi dos metros atrás. El entrenador, con todo el derecho en este caso, se enfadó con el árbitro y le dije de nunca tocar a un jugar de esa manera. El árbitro ni caso. Sacó una amarilla al entrenador y seguía como si nada.

Otras quejas que hemos recibido son insultos directamente del arbitraje a los jugadores. Aquí son unos ejemplos:

«Qué malos sois de verdad»

«Que no tengas la boca tan fea como el resto de tu cara».

No, no vamos a publicar ni decir quien ha dicho el qué, etc. Pero seguramente que estas cosas pasan bastantes veces en los campos. Los árbitros son personas, muchas son buenas, y es una pena que una parte entonces coge el poder, lo aprovecha, y crea una mala fama para todos los demás que de verdad están haciendo un trabajazo.

Lo que queremos decir con este artículo es fácil:

Entrenadores, padres, árbitros etc. Sois todos educadores para enseñar que hay buenos lados en este mundo. Que el campo de fútbol es un privilegio y que nadie lo tome por cierto. Pero lo más importante de todo, es un lugar donde es importantísimo que todo el mundo se trate con respeto, sin machismo, sin racismo, sin negativismo. Es un lugar sagrado. Vamos a mantenerlo así.

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