
Acoso, abuso, bullying, salarios no pagados, promesas falsas etc. La lista se puede hacer larga para explicar cómo de verdad muchas futbolistas viven en el mundo de fútbol hoy en día. Algo que debería ser un sueño en realidad, más veces que podemos entender, es todo lo contrario.
El fútbol femenino femenino español está viviendo el boom más grande de su historia con más jugadoras jugando que nunca, con una liga profesional y con el Sub-20 recién campeón del mundo. El fútbol femenino en Barcelona además batió el récord mundial de espectadores en un partido dos veces en un plazo de un par de semanas. No podrías ser mejor, ¿no?
Durante este año de 2022 han salido bastantes historias de acoso, abuso y situaciones surrealistas hasta el nivel profesional. Hemos podido leer historias de bullying y hasta casos donde jugadoras se han caído víctimas por violencia tanto mental como física. Y si pensamos que lo que hemos visto es mucho, la verdad es que no tenemos ni idea.
Los casos y las incidencias que ni conocemos, ya que no se hablan de ellos, probablemente son muchísimos. Hablamos de un país enorme con alrededor de 50 millones de habitantes. En Cataluña somos más de 7 millones.
¿Qué tiene que pasar para que las mujeres/chicas puedan tener una trayectoria digna dentro del fútbol?
Para cualquiera que haya trabajado con el fútbol femenino sabe que la parte psicológica es importante. Es otra forma de trabajar. Una gran diferencia al masculino es que en el femenino nos encontraremos con un etorno mucho más frágil psicológicamente, especialmente durante la adolescencia, pero también con especialistas, casi profesionales en esconderlo para que nadie sepa. Nadie nunca debería tener que sentirse así. Da igual el género.
Si mirarmos más allá pasado lo psicológico, llegaremos a la parte financiera. El dinero, lo que necesitamos para poder poner comida en la mesa. Cuando vas a trabajar, vas sabiendo que al final del mes te entrará el sueldo acordado al firmar. En el fútbol, lamentablemente, pasa mucho que cuando llega aquel día de pago, el dinero no entra. Las razones porqué es así son sin saber ni entender. Los clubes tampoco se abren a todos para explicar la situación.
Otra situación es la promesa de renovación y de repente llega la llamada diciendo que estás fuera. Todo legal, pero una manera muy fea de tratar a la gente que ha dado lo suyo a los clubes.
Muchos casos hay donde los involucrados no reciben lo que los clubes les deben y en lugar de hablarlo, o hasta denunciarlo, muchos deciden callarse para no meterse en problemas.
¿Hasta dónde hemos llegado cuando la gente tiene miedo de luchar por lo suyo, por lo que tiene el derecho, simplemente por no querer meterse en problemas?
La reputación es todo juegue como juegue el futbolista en el campo. Hay que añadir que las circunstancias pueden ser diferentes, algunos haciéndolo por aprovechar de un sistema que hasta ahora nos ha fallado, y otros simplemente por tener problemas económicos. De cualquier razón, al fin y al cabo, sólo podemos esperar que la situación se regule para que las jugadoras en este país puedan disfrutar de lo que aman más que todo sin preocupaciones de cómo meter comida en la mesa.