
Miles y miles de aficionados del Eintracht Frankfurt entraron ayer al Camp Nou en las gradas no designadas para supporters del equipo visitante. Según testigos, el comportamiento de los visitantes hizo que muchos seguidores locales se sintieran obligados de irse del campo por asuntos de seguridad.
El gran asunto antes del partido fue el de la gran compra y venta de entradas a través de mercados no oficiales. La gran preocupación del club, revelado después del partido, fue la gran reventa de entradas por los propios socios del Barça.
Es comprensible que hay gente aprovechando la oportunidad de ganarse dinero si surge la posibilidad, aunque seguramente la mayoría nunca lo haría ya que el club va por encima de sus deseos económicos. Por otro lado entendemos que ha sido una oportunidad llamando mucho la atención y difícil para algunos de denegar.
Al fin y al cabo lo que sale por todas partes son las historias de aficionados culés contando de los horrores que han tenido que vivir en la grada.
Un aficionado con quién hablamos anoche explicó que donde estaba en el campo, los aficionados del Frankfurt estaban fumando, bebiendo, insultando y hasta vomitando encima de otra gente. Había quejas de que estaban de pie todo el partido bloqueando la vista de los espectadores siguiendo las normas del estadio.
La pregunta es: ¿dónde estaba la seguridad del campo?
La seguridad de un partido siempre es responsabilidad del club local, en este caso el Barça. Es uno de los clubes más grandes del mundo, con el estadio más grande de Europa. ¿Cómo es que la seguridad del campo no es mayor/mejor?
¿Alguna vez has entrado al campo utilizando el bono de temporada de otra persona? Pues en el Camp Nou esto simpre ha sido muy fácil hacer. Si comparamos la seguridad de entrar en un campo en Inglaterra, Alemania, Holanda o hasta países como Dinamarca y Suecia, la seguridad tanto fuera como dentro del campo es mucho más alta. La presencia policial siempre está de alto grado y por si haya incidencias en el campo o en la grada no tarda mucha antes de reaccionar y actuar.
Ayer el problema estuvo claro. La falta de seguridad fue la gran razón de la miseria blaugrana en las gradas, no por la organización de ventas fallada antes del partido, también responsabilidad del club local. Negar la venta a gente de un cierto origen nunca podrá ser la solución. Entonces acabamos aplicando una discriminación prohibida dentro del organismo del fútbol. El Barça tiene que mirarse en el espejo y reconsiderar su organización de seguridad en el alrededor de sus campos.
Otro asunto es la lamentable organización de aparcamiento donde el Johan Cruyff, especialmente cuando juega el primer equipo femenino. Pero esto es otro artículo para otro día.