Las gigantes vinieron al pueblo para vencer, pero el pueblo enseñó que la batalla no iba a ser fácil.
Fue el partido esperado, el más grande para el fútbol femenino en la localización maresmenca, cuando vino el Barça a visitar al Santa Susana en la División Preferente para juveniles.
El fútbol es fútbol, pero la mayoría de la gente probablemente tenía al club blaugrana como favorito a ganar el partido. Fue un partido con mucha velocidad donde el Barça controlaba el balón la mayor parte del tiempo, como siempre ha enseñado La Masía, pero las chicas del equipo local insistían en mantener al dragón como versiones futbolistas de Sant Jordi.
Tardó hasta el minuto 42 cuando Laura Mas Berenguer logró dar el 1-0 al visitante, un resultado que se quedó hasta el descanso.
En la segunda parte era obvio que el Santa Susana no veía el partido por perdido y decidió darlo todo para sacar algo, y poco lo sabía, pero en el minuto 51 el equipo y los aficionados en el campo pudieron celebrar cuando, tras un mal tiro de la portera blaugrana, dio la oportunidad al local a marcar en portería abierta desde unos 25 metros.
A pesar del ángulo, y la portera casi llegando a pararlo, María Fernández García metió el 1-1, y Camp de fútbol municipal de Santa Susan estalló un grito común enorme. El banquillo saltó entrando casi a mediocampo para celebrar. Eso explica cuanto significaba el gol y el partido para ellas.
El Barça, sin embargo, no quería dejar que el sueño del Santa Susana de ganarse un punto se realizara, y en el minuto 71 Judit Pujols Parera marcó el 2-1 para el equipo visitante, un gol del que el equipo azul y blanco no pudo remontar.
Un partido heroico por parte del local aunque el Barcelona al final volvió a casa con los tres puntos. Fue el partido del año para el pueblo, para un club que ha apostado mucho al fútbol femenino, y un grupo de chicas que, a pesar del resultado, puede estar muy orgulloso de lo logrado.
Foto: Svetlana Akimova