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Las espinilleras son una medida para proteger una parte del cuerpo, igual que en otros deportes, están para evitar lesiones, especialmente las graves. A la vez hay muchos futbolistas que las encuentran incómodas y ojalá pudieran jugar sin ellas.
En los partidos oficiales es obligatorio el uso de espinilleras. Sin ellas los colegiados no nos dejarán jugar. Es lógico teniendo en cuenta la alta posibilidad de encuentros físicos con otros jugadores. Una situación donde un rival intenta quitarnos la pelota puede resultar en que nos dé a la pierna en lugar del balón. 9 de 10 veces las espinilleras nos protegen del dolor implicado en aquel impacto.
Jugar con o sin espinilleras no es lo mismo. Casi podría ser dos deportes distintos. Cualquier jugador podría estar de acuerdo. Los partidos son más divertidos, más competitivos por si, pero muchas veces nos baja el nivel, especialmente de concentración al tener que corregirlas o llevarnos las molestias que dan.
Ya que es obligatorio llevarlas, ¿qué podemos hacer para acostumbrarnos?
Una manera es simplemente llevárnoslas siempre, hasta en los entrenamientos. Por dos grandes razones:
- Para protegernos durante los entrenamientos, igual que hacemos durante los partidos.
- Para acostumbrarnos y así jugar igual en los entrenamientos como en los partidos.
El dicho «Entrena como quieres jugar» da una gran compresión sobre el tema. Muchas veces pensamos que esto solamente quiere decir dar el 100% y tener una buena actitud. No pensamos que también tiene que ver con la sensación que tenemos. Cuando entramos en el campo el sentimiento de estar de buen o mal humor nos afectará mucho el rendimiento que tendremos en los entrenos y partidos. Lo mismo pasa con las espinilleras.
Nos imaginamos entrenar, sin ellas, pasándolo bien y todo lo que entrenamos sale genial. Luego vamos al partido, nos las ponemos y la diferencia de llevarlas nos baja la concentración en el partido, las cosas no salen cómo queramos y al final empezamos a sentirnos mal buscando excusas en lugar de pensar en lo que de verdad nos molesta.
Las espinilleras siguen siendo obligatorias. No va a cambiar. ¿Qué podemos hacer para arreglar la situación? Pues, llevárnoslas.
Para evitar lesiones en los entrenos, y, para acostumbrarnos a usarlas en los partidos, el primer paso es usarlas en los entrenos. De esa manera nos molestarán menos y nuestra autoestima y rendimiento automáticamente subirán.