El Barça llegó a Sevilla para demostrar que el partido en casa contra Eibar no fue una casualidad. Los catalanes lograron.
Un cambio bastante radical de Koeman dejó al Barça con una 3-5-2, tres centrales y Jordi Alba y Dest como laterales extremos. El equipo salió con energía y presión alta, algo que bo visto desde la época de Xavi e Iniesta en el medio.
Durante largas partes del partido el Sevilla tenía problemas llegar a cruzar a mediocampo. La formación con Messi como un falso 9 creó un diamante con Frenkie, Pedri y Busquets en el medio. Dest y Alba presionaron alto obligando al local a pasar la pelota por el aire. Una línea de defensa que ha estado muy inestable últimamente, hoy ha creado un muro de tres, Lenglet a la izquierda, Piqué en el medio y Mingueza a la derecha.
Hoy el Barça ha logrado a rendir un nivel necesario para poder competir por la liga, remontar en la copa y, esperar un milagro en París. Hablando del PSG, no podrá ser posible ir allí para destrozar al equipo de Mbappé, ¿verdad?
La gran noticia fue también que Ilaix Moriba entró a jugar su segundo partido de liga con el primer equipo. Aunque oficialmente no le dan la asistencia por el gran pase de pared con Messi para montar el 2-0, fue un momento en que podemos decir:
«El 27 de febrero de 2021 Llaix Moriba se presentó de verdad al fútbol absoluto español.»
El Barça está pasando por un cambio enorme, con las elecciones acercándose, pero hoy hemos podido disfrutar un momento de alegría, un equipo con armonía. Un equipo.
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