Estoy hablando de la Copa del Rey. El torneo donde todos los equipos tendrán la oportunidad de competir contra los gigantes.
Ya hemos visto partidos como el del Terrassa casi petando fuera al Valencia, al Alcoyano quien, con un jugador menos en la prorroga, mandó al Real Madrid a casa, y un Cornellà que dio al Atlético de Madrid una lección en cómo es jugador en un campo municipal.
La copa, hoy en día, no se valora tanto entre los clubes grandes como antes, aún menos con los horarios llenos desde julio hasta mayo. Aún así quieren ganar.
La plantilla de los Merengues contra el Alcoyano no fue una cantera de juveniles. Fueron jugadores donde uno seguramente gana más dinero que toda la plantilla valenciana junta. Además. el portero fue el único con los méritos de haber jugado en la primera división.
Aún así deja espacio de magia donde el sueño no es ganar la copa, sino jugar contra sus ídolos. Es estar en el mismo campo con jugadores a los que antes sólo les habían visto por la tele o desde la grada.
La pena es que la copa se juega con puertas cerradas. Los socios del Cornellà alo mejor pueden ver algo del Campo Municipal desde la calle, pero no es lo mismo que estar en la grada misma. Además, esta temporada le han tocado el Atleti y el Barça. Al menos serán recuerdos para siempre para los jugadores del conjunto verde.
Lamentablemente, con la prórroga del Govern, veo más difícil cada día algún tipo de competición no profesional esta temporada. Y pronto, seguramente, se dará por acabada. Pero lo más interesante va a ser ver las consecuencias que va a tener la FCF cuando haya anunciado la decisión.
Los + y – de la semana
+ Positivo
1. La Copa del Rey es pura magia esta temporada.
2. El Barça Femení perdió la Supercopa injusticiamente, pero en la liga no va como el tren. Va como un Boeing 747.
– Negativo
1. La FCF y su manera de gestionar el asunto de la competición desde hace marzo del año pasado.
2. Lionel Messi. Sea lo que sea, provación o no, al pegar a alguien tal y como ha hecho en la final de la Supercopa no se hace. Aún menos si eres uno de los futbolistas más reconocidos del mundo
