El club del pueblo y él de tu barrio muchas veces es el lugar donde pisas el césped por primera vez. Es donde, fuera del colegio, te haces tus primeros amigos, o más bien dicho, compañeros.
Estos momentos son los que marcan la vida, como la primera vez que te sientas en el vestuario con 10 niños más y un entrenador que manda, sin que sean tus padres o tu profesor/a.
Hoy en día manda el dinero y la categoría en que juegas. Ya casi se ha perdido la sensación que teníamos en el club local, la sensación de familia y pertenencia.
Hoy juegas en un equipo de Segunda o Tercera División. Estás con tus compañeros de toda la vida y aunque no estás en la mejor categoría por nivel, a lo mejor es la categoría que te hará crecer más.
Pero, de repente, llama tu teléfono. Es un entrenador de un equipo de Primera División o de Preferente quien llama. Te dice todo lo que quieres escuchar y que si vinieras a su club tendrás mucho éxito, explicando que será algo que nunca vas a encontrar en el club en que estás ahora. Tú escuchas y tú decides.

Cambiar de tu primer equipo podría ser como cambiarte de casa por primera vez. Es difícil, dependiendo de tu edad, claro, pero si quieres cambiar, piensa primero sobre el porqué. El gran error que muchos hacen es mirar las cosas negativas, quedarse ciegos a las cosas positivas y luego irse sin expresar sus razones por ello. Quizá haya cosas que se podrá cambiar, o, quizá el club se te reirá en tu cara. Pues al menos lo habrás intentado.
La comunicación es la clave para llevar a un club local adelante. No es asunto de ofrecer un nivel específico sino de ofrecer un sentimiento en común.
Las ventajas de quedarse en el club local son éstas:
- Está cerca de casa (todos somos vagos)
- Amistades dentro y fuera del campo
- Amistades entre los padres
- Sensación de comunidad
- Un lugar para recordar para siempre
El típico dicho: «Guardiola sólo ha ganado con clubes grandes…» es lo que guía la imagen de que en un club pequeño no puedes lograr éxitos. Si no fueran por los clubes grandes seleccionando el talento por los pueblos, el mapa del fútbol sería muy distinto.
En el Barça hubieran podido coger jugadores de Barcelona o de las ciudades con la frontera a ella en lugar de pescar por todo el mundo. Seguramente hubieran tenido un buen equipo igual.
Pero son de los clubes pequeños donde encuentran sus joyas. Y este sueño es el que la mayoría de los niños, y ahora también las niñas, tienen, llegar a ser profesional. Pero para llegar a esto no hace falta ficharse a un club grande con 8-9 años.
Porque aunque las posibilidades e instalaciones sean mejores en el otro lado del campo, no quiere decir que la formación cognitiva, la que forma personas y no solamente futbolistas, lo sea.