¡Explotó la bomba! Una comisión formada por todos los equipos de la Primera Catalana se niega a jugar la competición (80%).
El pasado 28 de Enero enviaron carta a la FCF y emitieron un comunicado expresando sus dudas sobre el inicio de la competición, sobre el poco margen que tenían para empezar a plantear un pretemporada con cara y ojos, y también, sobre la situación pandémica actual. Parece ser que la Federación hizo caso omiso a las cuestiones que planteaban los equipos
de dicha comisión.
Hace una semana la comisión se había vuelto a dirigir a la Federación diciendo que delante de un posible inicio de la competición y dada la situación de excepcionalidad por la Pandemia, los clubes podían tener dificultades para iniciar la competición tal y como planteó la Federación en Diciembre.
En este comunicado también hacían referencia a que la Federación comunicó, mediante sus representantes territoriales, que sería sensible a la situación que estaban viviendo los clubes, y que además permitiría a los clubes decidir si querían competir o no.
Pero esta situación ha dado un vuelco con la última rueda de prensa del Secretario de la Federación, Oriol Camacho, donde aclaró que los clubes son conocedores del reglamento y que el club que no compita se tendrá que atener a las consecuencias.
Tras la rueda de prensa del secretario, la comisión de clubes de Primera Catalana se reunió telemáticamente para decidir si aceptaban «el chantaje» de la Federación o se plantaban para decir que basta ya!
El resultado de la votación fue de 32 clubes a favor de no iniciar la competición, 7 en contra y 1 abstención.
El jueves pasado saltó la noticia de que la Federación apostaba para que el resto de competiciones también se iniciase como máximo a principios de Marzo.
Tenemos claro que la Pandemia ha puesto en jaque a una Federación que no tiene en cuenta a los clubes que la forman, que todos los movimientos que se han visto hasta el momento sola los mueve el dinero, por un lado los clubes que no tienen ingresos y por otro una Federación que no quiere perder ingresos.
Es lamentable vivir esta situación cuando los hospitales están a rebosar y los tanatorios a pleno rendimiento.