
Miramos de vuelta y pensamos en la última década. El fútbol femenino ha crecido rápidamente. Pero con el crecimiento también vienen los problemas. Siempre ha habido, solamente que ahora se les hacen caso.
Prepandemia en España no había: Campeón de Europa (La Champions), Balón de oro, una selección con una base de verdad competitiva, una liga profesional, árbitras profesionales etc.
Había: Trabajadoras ejercitando el fútbol como hobby, árbitras pagando para poder ir a pitar los partidos, clubes que no aguantaban mantener los costes que tenían y lo peor de todo – el machismo.
Ahora hay campeonas internacionales tanto de club como de selección a nivel base, una selección máxima que puede luchar contra las mejores, una liga profesional con árbitras profesionales etc.
Cuando pensábamos que el asunto de las árbitras iba a ser el fin de un largo camino hacía algún tipo de igualdad sale a luz dos asuntos, los cuales directamente son conectados con la Real Federación Española de Fútbol.
El primero salió hace poco que la RFEF había puesto multas similares por sacar cartulinas en el femenino como en el masculino. De €9 respectivamente €4 euros ahora hay que pagar €180 y €350 por cada amarilla respectivamente roja. El rumor dice que las jugadoras mismas tendrán que encargarse del coste en lugar de sus clubes.
El sueldo mínimo por año son 12.000 euros brutto. De esto tienen que vivir. Si ahora por hacer una falta o tener la mala suerte de encontrarse con una árbitra con un día malo tener que arriesgar llevarse multas ya vamos a una dirección mala. Añadimos la presión que se llevarán las árbitras sabiendo que cada vez que den una cartulina a la vez castigan a una persona económicamente.
¿No han sufrido suficiente abuso psicológico?
Parece que no. Ya son 15 jugadoras de la selección española que han firmado un correo electrónico pidiendo la sustitución del seleccionador Jorge Vilda. Quejas sobre su manera de manejar el grupo y hasta supuestamente haber usado amenazas de expulsión de la selección por si alguien negara ir a la concentración a pesar de ser un amistoso o no estar cien por cien.
¿La respuesta de la Federación? Que las jugadoras pidan perdón por «su error» si quieren volver a representarla de nuevo. Está bastante claro que la selección pierde más que las jugadoras, y seguramente los clubes gritarían con alegría por si fuera a pasar.
Cuando Alexia Putellas se lesionó, su club de entidad, el FC Barcelona, se encargó duramente hacia la selección por ser la gran causa de que su gran estrella perdería prácticamente toda la temporada. A pesar de no ser una de estas 15 voces, la voz de las jugadoras se oyen y fuerte. Las noticias han ido corriendo por la prensa europea y habrá que ver hasta cuando la Federación Española podrá seguir manteniendo una cara dura.
Pero está claro – los perdedores serán la selección y sus seguidores apasionados.