
A principios de enero del presente año nos hacíamos eco del malestar, año tras año, del CF Bufalà con el estado de sus instalaciones y de la falta de compromiso por parte de la política, sea del color que sea, de la ciudad de Badalona.
El CF Bufalà llevaba años reivindicando, mediante su Junta Directiva y la presión de los padres y aficionados, a los diferentes grupos políticos el mal estado del césped, el riego automático y sus vestuarios, hasta que, por fin, a finales de enero se firmó un acuerdo político para el arreglo y actualización de las instalaciones, curiosamente después de que varios medios de comunicación, Futbol BCN entre ellos, dieron mucha atención al asunto. Esperamos que se realicen este parón de verano.
El Municipal de Montigalà (casa del Seagull y del Badalona), solamente un par de minutos caminando del campo del Bufalà, vive una situación similar a la del CF Bufalà. Salvando la diferencia en los vestuarios, el césped y el riego automático está en cierta comparación con los de su vecino de Bufalà, aunque podemos sumarle la falta de iluminación.
En el Municipal de Montigalà hay dos campos, uno de F11 y otro de «F7», zona de aparcamiento, dos zonas de vestuarios, sala de preparación física, despachos, salas polivalentes, etc. La instalación, sin entrar a comparar con el Estadio de Montigalà, sería una de las mejores que podemos encontrar en la ciudad para la práctica del fútbol si estuviera en óptimas condiciones, o al menos en mejores condiciones.
La realidad es que el césped del campo de F11 está degradándose de tal manera que cualquier caída o resbalón provoca arañazos y heridas, puesto que las fibras de la moqueta está desapareciendo y solamente hay caucho en la superficie.
Por lo que se refiere al campo de «F7» (entrecomillado porque desconocemos las medidas exactas y desconocemos si da las mínimas reglamentarias) su estado es bastante peor. En diferentes partes del terreno de juego falta la moqueta, en otras hay parches y éstos están mal puestos, aunque lo peor de todo, desde el punto de vista de la seguridad, es el cambio de desnivel entre los campos y la poca distancia que hay entre el borde y el final del terreno de juego con ausencia de valla o barrera de protección.
Por lo que se refiere al riego automático, este corre la misma suerte que el del campo vecino de Bufalà, hace tiempo que no funciona. Algunas personas que hacen uso de las instalaciones hablan de más de una década sin riego automático.
La iluminación de los campos es otro de los puntos en el que los usuarios coinciden en sus quejas. Verdaderamente, la iluminación de los terrenos de juego es muy deficiente y los focos están mal orientados, además de que, por lo que se puede observar, deben ser de alto consumo.
Es una pena que Badalona tenga una instalación tan buena en estas condiciones. Algunos padres y usuarios empiezan ya a levantar la voz por el mal estado, incluso alguno tiene la convicción de que si algún jugador o jugadora acabara haciéndose daño puede que todo acabará en los juzgados.
Esperemos que no se llegue hasta este punto crítico, pero, ¿cuál es la diferencia entre Bufalà y Montigalà?
Bufalà lleva años quejándose. La directiva y los usuarios fueron al unísono para conseguir ser escuchados. ¿Conseguirán que en Montigalà sean escuchados?


