29 de marzo de 2023

TORNEOS INTERNACIONALES DE VERANO – PARTE 1

Una experiencia inolvidable

Por todo el mundo hay un montón de torneos de fútbol en verano. En Europa hay varios grandes como la Gothia Cup, Dana Cup y Norway Cup en los países nórdicos mientras el MIC, Donosti e Iber Cup son entre los más grandes de la península ibérica.

¿Qué puede aportar un torneo de verano fuera de la temporada a un club o un equipo?

El verano español es bastante largo empezando con el fin del colegio sobre la tercera semana de junio y con el inicio del año escolar nuevo sobre la segunda semana de septiembre.

Jóvenes en Göteborg, Suecia durante la Gothia Cup.

Un torneo de verano significa muchas cosas más que solamente estar un par de días o una semana fuera de casa sin los padres (si no acompañan claro). También significa vivir una vida diferente. La sensación de estos tipos de experiencias es como los jugadores cuando representan a su país y viven juntos en sitios fuera de su hábitat.

Tienes a tus amigos, a tu equipo y a los entrenadores para apoyarte en todo lo que sea. No solamente es una experiencia para crecer como persona, pero también para independizarse y tomar responsabilidad. Hay que pensar en dormir, en comer bien, tener en cuenta que el equipo depende de cada uno, pero quizá lo más importante: disfrutar de la oportunidad.

El otro aspecto de uno de estos torneos es la posibilidad de conocer a gente de todo el mundo. No solamente en el campo, pero también fuera. Es una manera de hacerse amigos de toda la vida, conocer nuevas culturas y asimismo tener la posibilidad de descubrir lo que hay fuera del hogar.

¿Estos torneos también aportan algo futbolísticamente?

¡Absolutamente!

Dependiendo del torneo el nivel puede variar mucho. Es posible jugar contra equipos que quizá ni jueguen al fútbol, sino sólo participan por diversión. Pero, puede que haya equipos de muy buen nivel.

Hay muchos jugadores profesionales que han pasado por dichos torneos que siguen acordándose de la experiencia como una de las mejores de sus vidas.

La posibilidad de jugar contra equipos de otros países también inspira mucho la razón por participar. Igual abre los ojos enseñando que para llegar al nivel más alto hace falta mucho trabajo cada día.

Lo que, sin embargo, afecta más es el desarrollo mental del grupo, tanto de los jugadores como los entrenadores. Convives con el grupo las 24 horas al día y si las cosas salen bien se convierte en una familia.

Los efectos vistos de equipos que han ido a jugar en estos tipos de torneos es que después de haber disputado unos 5-7 partidos en una semana se dan cuenta que jugar un partido a la semana ya no parece tan duro y difícil. Esto implica que la mentalidad del equipo cambia y da más energía psicológica para luchar más, tanto por el tiempo del partido como para el equipo mismo.

Un gran reto de cada entrenador es intentar crear un grupo donde todo el mundo se sienta parte de él. Si el míster puede llegar a crear una sensación familiar no hay límites por lo que el grupo pueda lograr junto con él.

Un torneo de verano, fuera de todo lo que conocemos, es algo que no tiene precio, pero que valoraremos el resto de la vida.

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