No hubo duda quién era el mejor entre los catalanes y el equipo chipriota aunque el resultado no reflejó el partido mismo. Con más chispa el Barça hubiera ganado con más goles.
El Barça controlaba el balón justo como uno se pensaría, pero fue el Pafos que tuvo los primero tiros a puerta en el minuto 2 y el minuto 12. Parecía un típico partido de pretemporada donde los dos equipos estaban buscando a dar aire a todos los jugadores en el campo. Aire, sin embargo, faltaba por las temperaturas altas y la humedad combinada con el sol.
Pero de repente se explotó el partido y el Barça ya iba 2-0 ganando. El 1-0 en el minuto 20 por el 17, Antonio Fernández, y el 2-0 dos minutos después por el 7, Carlos De Miguel.
En el minuto 28 el Barça rompió por la banda derecha, pero el pase diagonal al centro del área se les escapó y la pelota salió a un saque de portería.
En el minuto 31 el partido se paró un par det minutos por una lamentablemente lesión del número 11, Shane Kluivert, hijo del mítico ex-jugador del Ajax y Barça.
En la segunda parte el Barça enseñó su ADN al tocar el balón de una manera que dejaría orgulloso a Guardiola. El tiki taka del equipo blaugrana tenían uno o dos toques máximo y los chipriotas parecían conos en el campo. Si no fuera por la línea de tres defensores en el Pafos, el resultado habría sido más alto.
El 3-0 llegó al final por el número 19, Adrià Muñoz, por lo cual el partido se cerró por completo. Un Barça superior mantuvo el partido con calma hasta pitar el final el árbitro. El Pafos llegó a una buena oportunidad más, pero el tiro faltaba fuerza para superar al portero del Barça.
